jueves, 9 de julio de 2009

Medios, Vida privada y Política en el Siglo XXI



Definitivamente uno de los retos a los que se enfrenta el periodismo del S XXI es la creciente tendencia de “espectacularizar” toda noticia; es un juego en el que los medios masivos buscan el entretenimiento, el espectáculo e incluso el escándalo en la nota, ya sea porque vende, porque da más raiting, porque a las figuras públicas les funciona o gustan ventilar su vida privada…por la razón que sea, cada vez es más frecuente encontrarnos con políticos que aparecen en revistas dichas del corazón.

Parece como si ya no fuera suficiente con enterarnos del acontecer en la vida privada de los actores, cantantes o deportistas; ahora los paparazzi’s también “hacen su agosto” con chismes y fotos de figuras políticas.

Es evidente que las actividades de los políticos al igual que el de otras figuras públicas están sujetas hoy en día, a una intensa observación por parte de los medios; cualquier escándalo tiene la capacidad de cambiar el curso de la vida política, de interrumpir campañas, destruir reputaciones, acabar carreras, etc. Entiéndase por escándalo político cuando un mandatario o un grupo de ellos son acusados de realizar prácticas ilegales, poco éticas o corruptas. Normalmente, dichas prácticas tienen lugar originalmente en secreto, y se convierten en escándalos al recibir una inesperada atención mediática.

En el presente trabajo trataré de examinar y explicar la naturaleza de este fenómeno; ¿por qué la exposición de la vida privada como evento mediático se ha convertido en un aspecto fundamental del juego político?, ¿cómo funcionan las redes del escándalo político en la esfera del poder?, ¿cuál es el trayecto que recorren los escándalos de la vida privada al ámbito público? y ¿cuáles son sus efectos y consecuencias?


¿Por qué la exposición de la vida privada ha adquirido semejante relevancia en el juego político de nuestra sociedad moderna?

Lo anterior podría entenderse al analizar que la vida privada de las figuras públicas es un negocio muy rentable o incluso al decir que es una simple consecuencia del debilitamiento de los códigos morales que nos gobiernan en la actualidad.

Pero considero que este fenómeno merece una explicación más amplia pues obedece a una compleja transformación del mundo moderno: en efecto, el morbo y el chisme están vinculados al desarrollo social contemporáneo, pero a esto hay que sumarle las nuevas tecnologías de la comunicación y el hecho que el poder y la reputación van de la mano.

Básico resulta entender que en nuestro mundo contemporáneo la relación entre la vida pública y privada se ha redefinido, se han creado nuevos tipos de publicidad y las acciones y las actividades de las figura políticas se han vuelto simplemente visibles.


Son los propios mandatarios quienes utilizan las formas de comunicación mediática para promover sus propios objetivos políticos. En ese sentido José Woldenberg asegura: la actividad política en la actualidad se encuentra cada vez más condicionada por el uso de los instrumentos y lenguajes mediáticos que ahora tiene a su alcanc; en efecto, el autor considera el vínculo entre información y política, entre nuestros Partidos y los medios masivos de comunicación como eslabones estratégicos que fortalecen o debilitan la convivencia democrática.

Por otro lado están las prácticas del periodismo de investigación, que tienden a buscar y priorizar la fidelidad de los hechos y el entretenimiento. Es cierto que el revelar los secretos ocultos de los mandatarios y la vocación del periodista de guardián del interés público están divididos por una línea muy fina.

Paralelamente el mercado periodístico, altamente competitivo, concede un gran valor a la velocidad: las noticias deben ser novedosas y las últimas y más recientes terminan siendo las más valoradas. De ahí que las organizaciones de noticias se conviertan en simples proveedores de notas entretenidas, dando énfasis y prioridad a la vida privada de las personalidades más destacadas incluyendo por supuesto, a las figuras políticas.
Al respecto Fátima Fernández Christlieb, quien hace un profundo estudio sobre el asesinato de Paco Stanley y el seguimiento que se le dio al caso comenta “Los medios se encuentran inmersos en una competencia por el mercado que los empuja a vender y a buscar el raiting a toda costa”
Con todo lo anterior pretendo dejar más claro porque cada vez es más frecuente el recurrir a campañas de desprestigio y porque hoy en día se le abren las puertas de la intimidad no sólo a la prensa amarillista.


¿Cómo funcionan las redes del escándalo político en la esfera del poder?

Habladurías, rumores, escándalos, indiscreciones y corrupción, se vuelven elementos importantes en una balanza política que se inclina cada vez más hacia la política de confianza y no hacia la política ideológica.

Nuestra sociedad despierta cada día más a la conciencia política; el hecho de la credibilidad y la veracidad de los dirigentes políticos se convierten en un asunto de creciente importancia. Así es, nos parece esencial y preciso tener fe en que nuestros dirigentes políticos serán capaces de realizar juicios sensatos y de proteger nuestros intereses. Nos preocupamos más por el carácter y la veracidad de nuestros mandatarios, ya que suponemos que este es el principal medio para garantizar que las promesas políticas se conviertan en realidades y que las decisiones tomadas en situaciones difíciles serán las más sensatas.



De igual forma somos testigos de una presencia, cada vez más grande e importante de mecanismos legales en la vida política. La ley exige que los altos cargos y mandatarios expongan los detalles de sus asuntos económicos; esta transparencia es definitivamente otro factor que nos convierte en vigilantes del poder, listos para voltear, fijarnos e incluso rascar en la vida privada de los políticos.

Una vez detallados estos puntos considero más sencillo comprender la mecánica y la importancia de la ventilación de la vida privada en el poder:

El juego político basa y acentúa su importancia en la confianza que se tiene en los mandatarios.
Existe una creciente presencia de mecanismos legales, vigilancia y transparencia en el actuar político.
La vida privada y los valores éticos de los políticos son considerados como pruebas de credibilidad.
La atención que los medios de comunicación prestan a las figuras políticas aumenta.
Las tecnologías periodísticas, de comunicación y difusión avanzan día a día.
Observamos entonces un lógico crecimiento en la visibilidad de las figuras políticas y la atención que se le da a su vida privada.

Al respecto John B. Thompson, en su libro El escándalo político propone el siguiente esquema:

Una constante vigilancia de cada paso, tropiezo, duda o “sospechosísimo” son el pan de cada día de las figuras políticas.

¿Qué pasa entonces cuando algún mandatario sufre un traspié? Al ser presas de algún tropiezo, los políticos, sus familias, sus amigos, abogados y sus equipos de gestión invierten una gran cantidad de tiempo y energía en estrategias que les permitan controlar, o al menos tratar de controlar los daños que habrán de soportarse.


Efectos y Consecuencias

Considero lo hasta aquí tratado como parte de las reglas actuales de la conducta política que moldean la interacción y comunicación de la esfera política de nuestra sociedad contemporánea. Aceptadas o no, estas actitudes, convenciones y expectativas forman parte de nuestra cultura política que nos guste o no, observan una tendencia creciente y me atrevería a aventurar son poco probable que desaparezcan.

Es un hecho que los dirigentes políticos viven una creciente visibilidad; misma que les ha permitido, pero también exigido aparecer transparentes ante personas que se encuentran situadas en contextos muy alejados a la política.

Esta visibilidad mediática es, cada día más difícil de controlar, pues va de la mano de las tecnologías de comunicación y vigilancia que se vuelven cada vez más sofisticadas y al alcance de cualquiera. Tecnologías revolucionarias que permiten, grabar, procesar y transmitir la información.

Así es, todo el avance tecnológico arriba mencionado permite no sólo a los periodistas captar, y difundir noticias, incluso la sociedad civil se vuelve cada vez más activa en actividades de este género; al respecto Francis Pisani comenta: en Internet están surgiendo muchas manifestaciones de periodismo ciudadano, que se parece mucho al periodismo; sus fronteras son borrosas o difíciles de establecer frente la periodismo tradicional.


La versatilidad que tiene el aprovechamiento político de las nuevas tecnologías de la comunicación; Internet y sus cada vez más accesibles recursos audiovisuales pueden ser empleados de manera perversa pero también virtuosa. ¿Será que estas tecnologías anuncian el fin de la privacidad?

Lo que es un hecho es que cuando a la competencia política se le incorporan elementos ajenos como lo es la vida privada, se entra a un juego peligroso: muchas veces resultan perjudicados los personajes directamente involucrados; también terminan por ser afectados todos los protagonistas del escenario partidario y, junto con ellos, la política misma.
Considero que el problema no somos los medios de comunicación e interacción sino la manera como se les utiliza.

Algunos casos

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con la nota, la redacción me pareció muy clara, interesante y la forma de llevarla se me hace ligerita, gracias por compartir con otros tus conocimientos Hilda.